domingo, 4 de octubre de 2020

LAS FENDAS DEL CORAZÓN

"Mi oficio, ser jardinera, tiene mucho que ver también en mi forja, tengo los ojos, el corazón y el Alma verdes, amante fiel de la Madre Naturaleza. A veces ha sido el único arbotante al que asirme cuando la angustia me cegaba. Mis plantas, mis macetas, mis esquejes, trabajar con mis manos, estudiar y explicar mi profesión ha sido tan gratificante, que me ha hecho tan feliz, que aunque de copa pobre, he sido capaz de entretener unas raíces que me han anclado lo suficiente para no sucumbir y para vislumbrar que no hay jardín más bello que el que uno posee en su interior y que es el que mejor hay que cuidar". 

 Así, de esta manera, se presenta Victoria Olaya en 'Las fendas del corazón', un poemario de una jardinera, hoy poeta, extraordinariamente sensible y vitalista, que ha publicado su primer libro una vez macerada su propia experiencia vital, después de haber superado el medio siglo de vida. Por tanto, me encontré unos poemas de línea clara, verso libre, a veces enrolados en la rima, y siempre comunes en su profundidad. 

 Victoria escribe a la Simiente vana, a un Acer palmatum, a la senectud del árbol, a la Ipomoea indica, al Reineto de la huerta y a la primavera lluviosa, pero también hay Versos adolescentes como poso de lo vivido. Versos de lo nuestro, Versos de amistad, Versos de amor y otros desastres. Creo saber que me encuentro ante una poeta sin engaño ni pretensión, en mi mundo, que escribe a la vida desde la vida. Honestidad.

Gracias a ella supe -ignorancia de jardinero- qué es una 'Fenda'. Me lo explicó sobre un mostrador de cristal ante una expectante librera de barrio en una pandémica tarde de un verano a punto de morir, en nuestro querido Vallecas, aferrada a sus poemas, con la defensa propia de quien decide una lucha constante, sin tregua, desde la humildad y el coraje, con el convencimiento de que no hay nada perdido.

Apunté en mi memoria: singularidad de la madera, separación entre fibras, discontinuidad de los anillos de crecimiento... 'fendas', en función de su origen, como las producidas por los rayos del sol cuando el árbol está en pie, o las que se producen por la acción del hielo. En todo caso, el clima como actor principal en la herida característica del individuo. Increíbles todos estos paralelismos entre grietas y heridas y poesía con su propuesta de puro corazón verde.

Siempre vegetófilos, porque deduje que hablamos un mismo idioma, que nos apasiona. Luego, igualmente, usaremos el lenguaje propio de la poesía, aquel que alcanza desde lo interior hacia lo exterior, con conciencia de suelo y profundidad. Raíz. Tallo. Cresta, vértice, ápice y copa. Ramas, para un tiempo presente, donde hemos de cuidarnos del talador y hacer frente a la mutilación. Si, ciertamente, quizá también seamos ramas, a merced de un viento extraño que sopla.

#elmundofloreceparaserescrito 
#lanegligenciadeljardinero
#gsúsbonilla 

#lasfendasdelcorazón #VictoriaOlaya

3 comentarios:

  1. Gussss q regocijo encuentro en tu presentación de mi 1* poemario y de mi misma. Gratitud, a penas nos conocemos y creo haberte vusto antes en mi jardín. Gracias un honor, un abanado q agradezco a esras alturas del año y de la vida. Gracias����

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  2. Pues que decir que las grietas del corazón son muy profundas,que su libro me ha recibido por dentro sacando mis tristezas,pero a la vez me ha trasmitido calma,muy orgullosa de mi hermana enhorabuena me ha gustado mucho,algunas poesías me han recordado a la mejor madre del mundo,

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  3. Victoria creí que te conocía pero te he conocido más a través de tus versos del alma profunda,directos al corazón. Son un reflejo de ti. Sinceros, apasionados, emotivos, tiernos y con la melancolía de la jardinera de otoño. Gracias por este tan maravilloso regalo.

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