domingo, 27 de septiembre de 2020

Scolymus hispanicus


En el mundo de las anomalías a los capaces de todo les resulta satisfactorio ver trabajadores, casi siempre en condiciones precarias, como exterminan la alegría de las tagarninas, en los descampados de las administraciones locales; dicen, de ellas, que son plantas feroces, que incomodan la vista del contribuyente y por ello no merecen el más mínimo respeto, ni tampoco un soplo de vida. Pero lo cierto es, que son verduras silvestres que, en un tiempo de opresión,  gris y maldiciente, calmaban el hambre a desposeídos y menesterosos, incluso aliviaba la voracidad a ésos capaces de todo (que también los había).

Si el tiempo sigue así, en la próxima época sedienta -la que esté por llegar-, en la que agua y alimentos volverán a escasear, se declararán isla, ellas, las Scolymus hispanicus, hoy trazos de herida, rodeadas de odio por todas partes. Y entonces se podrá ver con toda claridad lo terca que es a veces la mala memoria y el ímpetu de los descerebrados.

Quitar la sed es hermoso y calmar el hambre un acto de amor, fue lo que pude apenas leer en las decenas de pétalos amarillentos, todavía admirados por la rectitud de un sol justiciero.

Gsús Bonilla (Cuaderno de campo. Junio 26/19) 

N 40º 12' 32.901'' / O 3º 55' 17.74''


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