ELAEAGNUS ANGUSTIFOLIA
Acaso ya tengáis la llave
que abren las cancelas
porque el viento no atraviesa los barrotes
y en esta nueva jaula hace menos frío
Receláis del olor a tibio de la gracia
del polen dulce untado en pan
Dudáis de los pálpitos
como la arboleda urbana duda
anclada a los alcorques
esperando su limosna, la meada
y la embestida de los coches
No asumís los paraísos que intentan florecer
que desean prosperar a pesar de la ciudad
ovillados antes que doblados, retorcidos
igual que yo
QUERCUS SUBER
Ciertamente, algo de mí se ahogaba
cuando los superpetroleros se hundían
vertiendo toda esa entraña líquida al océano
esa mixtura de memoria primitiva
igual que la herencia
que aún llevamos impregnada al floema
y donde cabe un mundo entero
Sospecho haber sido un corcho
sin poder salir a flote
el tapón de una botella con mensaje
queriendo emerger sobre la orilla
anunciando próximo al naufragio
un anochecer tan claro
como una mácula de grasa
QUERCUS ILEX
Hubo amantes poco razonables en sus delirios
románticos de cartucho de escopeta
rindiendo culto al cuello de los galgos
Su amor al extremo de las cuerdas
se anudaba a una de mis ramas
como una desgraciada ceremonia
que anclada queda a la memoria
Recuerdo de los ojos animales
que agonizaban en la dehesa
la meseánica esperanza del ladrido
y una brisa que ensanchaba el abandono
Cigüeñas, moscas, yo misma como encina
suplicamos la llegada prematura de aquel día
en el que tanto indeseable fuese devorado
por la boca constrictora
de su propia mala sombra, pero
ese día no llegaba
y la impunidad en los romances
seguían matando perros
TILIA x EUROPAEA
Volveréis a la fragancia de los tilos
a las sendas lineales de los parques
Volveréis suficientemente avergonzados
curvilíneos, tiernos, melancólicos
Volveréis con las luces apagadas
con el dragón cretino vencido entre los brazos
Volveréis a nuestro aroma a libro, volveréis
porque siempre hemos estado ahí, temerosos
esperando la llegada de los bárbaros
CEIBA SPECIOSA
En la guerra del Chaco, en el 35
las ceibas fuimos utilizadas
como búnkeres vivos
Motosierras primitivas, hachas
o cualquier otra herramienta cortante
era oportuna para vaciarnos por dentro
Nos ahuecaban el tronco en vida
y con las entrañas abiertas
quedábamos desnudas
despojadas así de toda naturaleza
avergonzadas
de nuestra propia identidad arbórea
De manera que, cuando digas
que un árbol no tiene corazón
o, si lo tuviera, sigues incidiendo
en su dureza vegetal
como si fuese una figura inerte, recuerda:
que yo tuve en mi interior
que abren las cancelas
porque el viento no atraviesa los barrotes
y en esta nueva jaula hace menos frío
Receláis del olor a tibio de la gracia
del polen dulce untado en pan
Dudáis de los pálpitos
como la arboleda urbana duda
anclada a los alcorques
esperando su limosna, la meada
y la embestida de los coches
No asumís los paraísos que intentan florecer
que desean prosperar a pesar de la ciudad
ovillados antes que doblados, retorcidos
igual que yo
QUERCUS SUBER
Ciertamente, algo de mí se ahogaba
cuando los superpetroleros se hundían
vertiendo toda esa entraña líquida al océano
esa mixtura de memoria primitiva
igual que la herencia
que aún llevamos impregnada al floema
y donde cabe un mundo entero
Sospecho haber sido un corcho
sin poder salir a flote
el tapón de una botella con mensaje
queriendo emerger sobre la orilla
anunciando próximo al naufragio
un anochecer tan claro
como una mácula de grasa
QUERCUS ILEX
Hubo amantes poco razonables en sus delirios
románticos de cartucho de escopeta
rindiendo culto al cuello de los galgos
Su amor al extremo de las cuerdas
se anudaba a una de mis ramas
como una desgraciada ceremonia
que anclada queda a la memoria
Recuerdo de los ojos animales
que agonizaban en la dehesa
la meseánica esperanza del ladrido
y una brisa que ensanchaba el abandono
Cigüeñas, moscas, yo misma como encina
suplicamos la llegada prematura de aquel día
en el que tanto indeseable fuese devorado
por la boca constrictora
de su propia mala sombra, pero
ese día no llegaba
y la impunidad en los romances
seguían matando perros
TILIA x EUROPAEA
Volveréis a la fragancia de los tilos
a las sendas lineales de los parques
Volveréis suficientemente avergonzados
curvilíneos, tiernos, melancólicos
Volveréis con las luces apagadas
con el dragón cretino vencido entre los brazos
Volveréis a nuestro aroma a libro, volveréis
porque siempre hemos estado ahí, temerosos
esperando la llegada de los bárbaros
CEIBA SPECIOSA
En la guerra del Chaco, en el 35
las ceibas fuimos utilizadas
como búnkeres vivos
Motosierras primitivas, hachas
o cualquier otra herramienta cortante
era oportuna para vaciarnos por dentro
Nos ahuecaban el tronco en vida
y con las entrañas abiertas
quedábamos desnudas
despojadas así de toda naturaleza
avergonzadas
de nuestra propia identidad arbórea
De manera que, cuando digas
que un árbol no tiene corazón
o, si lo tuviera, sigues incidiendo
en su dureza vegetal
como si fuese una figura inerte, recuerda:
que yo tuve en mi interior
un soldado armado
con una ametralladora entre las manos
apuntando a su enemigo
CHAMAECYPARIS NOOTKATENSIS
En la primera quincena de agosto de 2020
mientras la maderera Teal Jones
aceitaba las motosierras
un grupo de activistas dijo «basta»
en la acción de desobediencia civil
más larga en la historia de Canadá
Y te preguntarás ¿dónde está aquí el poema
dónde la poesía…
el misterio de la muerte?
Y quizá no te falte razón. Pero
al igual que en las laderas monumentales
de Fairy Creek
donde crecemos los falsos cipreses de Nutca
hace falta saber: el día de la ceremonía
el que hará de enterrador
y, sobretodo, quién te va a revelar
lo que era un bosque
con una ametralladora entre las manos
apuntando a su enemigo
CHAMAECYPARIS NOOTKATENSIS
En la primera quincena de agosto de 2020
mientras la maderera Teal Jones
aceitaba las motosierras
un grupo de activistas dijo «basta»
en la acción de desobediencia civil
más larga en la historia de Canadá
Y te preguntarás ¿dónde está aquí el poema
dónde la poesía…
el misterio de la muerte?
Y quizá no te falte razón. Pero
al igual que en las laderas monumentales
de Fairy Creek
donde crecemos los falsos cipreses de Nutca
hace falta saber: el día de la ceremonía
el que hará de enterrador
y, sobretodo, quién te va a revelar
lo que era un bosque
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